El carbono es esencial para
construir las moléculas orgánicas que caracterizan a los organismos vivos.
Durante la fotosíntesis que utiliza el dióxido de Carbono atmosférico como
una de sus principales materia primas, las plantas toman CO2 del ambiente e incorporan el carbono en los
carbohidratos que sintetizan. Parte de estos carbohidratos son
metabolizados por los mismos productores en su respiración, devolviendo carbono
al medio circundante en forma de CO2. Otra parte de esos carbohidratos son
transferidos a los animales y demás heterótrofos, que también liberan CO2 al respirar. Los descomponedores metabolizan
los compuestos orgánicos de los
organismos muertos y agregan nuevas
cantidades de CO2 al ambiente.
